Salir del cheboli, y caminar por la pasarela de San Bernardo dejando que tus pies guiaran te llevaban a un único destino que no implicaba doblar, ni contar cuadras, ni controlar nombres de calles: La playa. Claramente, a las siete de la mañana nadie tiene en sus planes estar atento a las calles, ni a las cuadras, ni a nada, y todos terminaban en la playa, nosotras no podíamos ser la exepción.
Tacos en mano, las caras arruinadas, los peinados destruídos, y llegamos a la mitad de la distancia entre el balneario y el agua, para sentarnos un rato. El sol dándonos de lleno en la cara, y N buscando un churrero para comprarle churros y satisfacer las necesidades de su panza en ese momento.
Una vez realizada la compraventa de Churros, N se sentó al lado de C para degustar el sabor del dulce de leche, el azúcar y la masa, mientras dejábamos que el sol disminuyera el frío que producía el viento. Silencio, cada una en su mundo, hasta que llegó un muchacho y se le acercó peligrosamente a N con intenciones más que obvias, que se daban a entender por su mirada.
-¿No me das un pedacito del churro?-Más que obvio, lo devoraba con la mirada.
-No boludo! No sabés el hambre que tengo, además medio churro es mucho, y están riquísimos!
-Daaaale, aunque sea el último pedacito
-Bueno, esperá que como un poco más.
Quedaba el culito del churro nada más. Pura masa. Miró al churro, miró al chico, miró al churro de vuelta y se lo comió, y el muchacho casi se muere. Agarró la bolsa de los churros y la dio vuelta arriba de la cabeza de N llenándole el pelo de azúcar. Por otra parte, se habían acercado los amigos, que por lo visto tenían el hobby de taparle el sol a las muchachitas como nosotras, que queríamos tostarnos un poquito (?).
-No nos tapen el sol que está re lindo!-Pidió C casi sin voz.
-El sol está lindo a la mañana, y a la tarde, pero más lindo si lo veo con vos-Tiró alguno de los jóvenes que se nos habían acercado, obviamente no es textual, porque ni siquiera lo escuchamos.
-Aaaaaaay más tierno! Repetilo-Le dijo N, que acababa de sentarse después de salir a correr al chico por toda la playa con la intención de hacerle alguna maldad por haberle tirado todo el azúcar encima.
-No, no me lo acuerdo-Confesó el joven.
-Uh, encima ellas ni te escucharon-Le contó N, viendo que no teníamos ni idea de lo que había dicho.
Cuando miramos para arriba, nos rodeaban unos quince muchachos, que hablaban todos al mismo tiempo, y que nos hablaban a todas al mismo tiempo.
-A la cuenta de tres, todos cambiamos el acento 1... 2... 3
Y repentinamente todos se volvieorn cordobeses, y nos seguían hablando, y nadie entendía nada. Después de charlar un rato, y de prometernos que nos iban a dar churros a la tarde, cuando volviéramos a la playa, nos fuimos.
-Bueno N, por lo menos ahora vas a tener dulces sueños-Le dije antes de dormirnos.
1 comentario:
Y medio bobita sos para apagar así la computadora, pero igual vos sabés que yo siempre te espero (L). El fic está increible y no tenés que colgarlo, tiene que ser súper tierno y contar como ellos se van enamorando de nosotras y nosotras de ellos (igual que onda? yo era así super fan de vicuchi y vos lo ocultaste o en el fic no están en casi para mí, que si queremos que se cumpla, tiene que ser qeu eran asíi nuestros super mucahchos de casi jajaja, pero bueno lo dejo a tu criterio prque vos sos la escritora. Seguilo porqeu esta genial y Vicannu y Luanón son lo más-
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