Acabo de comprar un par de duracell y espero que duren más, porque no quiero dejarlo solo y sin mi amor al bloguito este, porque a pesar de que me guste más el otro, este tiene su lugar en mi corazón y no lo puedo dejar así porque sí.
Por lo tanto, buscando temas sobre los cuales escribir acá en el bloguito, pensé en ponerme a escribir qué tal estuvo el comienzo del año. Ojo, no puedo decir que fue el mejor comienzo de año porque no fue así, hubo mejores primeros de enero, con más energía, más alegría y por sobretodo, mucha más unión. No sé, o bueno, mejor dicho sí sé por qué el cambio. Lo que pasa es que todos cambiamos a lo largo del año, algunos más que otros, y las situaciones eran diferentes, pero a pesar de todo, no fue un mal primero de enero, y si lo fue, no pensaba dejar que me arruinaran mis expectativas para este año, porque tengo todas las fichas puestas en el veinte diez y nada me va a hacer cambiar de opinión. Y menos mal que no dejé que nada lo arruinara, porque cada vez va mejorando un poquito.
Para empezar con la juntada del otro día, donde filmamos el mejor documental en la historia de las morsas (que no se ríen, ni hablan ni comen), con la voz en off en gallego y un triángulo amoroso en busca del macho Alfa.
Siguió con el pijama country que empieza el viernes y termina el domingo, vaya uno a saber a qué hora. Otra noticia más, de esas que no hay que decirlas para que no se quemen, y una posibilidad de otro fin de semana increíble con las más lindas del mundo.
Yo no sé cómo va a terminar, pero que lo estoy empezando con todas las pilas, sí señor (Aunque en realidad lo único que hago es comer, computadora, comer, computadora, y dormir).
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