viernes, 5 de marzo de 2010

Dicen

Dicen que al mal tiempo buena cara, y cuánta razón tienen, porque la máscara de "Está todo bien" no me la saca nadie. Y yo no quería volver a hablar sobre el tema, pero es tan complicado verte y pensar que estás mejor que yo, pero que en realidad es todo lo contrario, y es grave.
Y probablemente nada de esto hubiera surgido si no hubiese hablado con vos, si no me hubieses hecho volver a sacudir la caja de sentimientos que tenía cerrada bajo siete candados, pero por más que me duela, las cosas son así.
Y a vos te agradezco infinitamente, porque aunque te vayas al Caribe con la guía T y no me lleves porque el 36 no me deja, aunque te hayas enterado dos semanas después del quilombo que tengo encima, aunque te hayas tenido que ir y nuestra conversación haya sido casi nula, no podés evitar sacarme una sonrisa. Porque me importa un pito que me hayas vuelto a decir la verdad, por más dura que sea, y por más que la sepa todo el mundo. Vos me das vuelta como una mantequita con dos palabras, y sos de lo peor, porque las ganas inmensas de abrazarte que tenía en ese momento son indescriptibles.
Eso tampoco importa, porque yo sé que a pesar de que las noticias te lleguen tarde, a pesar de que vivas en la otra punta del mundo, a pesar de que no estés lo suficientemente cerca como para abrazarme físicamente y decirme esas cosas que solo vos me podés decir, estás. Pase lo que pase, siempre estás.

"Que te vayas a dormir sabiendo que está el monstruo que se esconde debajo de la cama, ni significa que le tengas menos miedo"

Gracias por todo.

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