viernes, 22 de mayo de 2009

El Mundo

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia,pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar
de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego
loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.


E. Galeano
El libro de los abrazos

Y sí, porque esto no podía faltar en este blog sopero.

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