In this theatre I call my soul,
I always play the starring role.
I always play the starring role.
Ya me cansé, ya no va más. Harta estoy, harta ¿Tan difícil es entender que me cansé de todo? ¿Es muy complicado darse cuenta de que lo que realmente se ve es una máscara? Sí, una máscara. Y no, no es que me tenga un título en actuación porque, la verdad, soy muy mala en lo que a eso respecta. Ya me cansé, no voy a seguir guardando lo que me pone mal, ya no va eso de la sonrisa de happy birthday, ya no me importa que se me corra el make up, que me despeine el viento, o que se me rompan mis uñas recién esculpidas. Ya me cansé de mi máscara y de mostrar algo que no soy, por lo menos no en este momento. Tengo que apretar stop y acomodar mis ideas. No está todo bien, por lo menos no adentro mío.
No, Woman no cry cantó alguna vez un tal Bob, yo siempre pensé que los que no tenían que llorar eran los hombres, pero el otro día estábamos pasando el tiempo con Luqui y de fondo estaba ese Marley –Al principio pensé que era el que conducía el programa del Muro pero es otro, este es uno morochito que se llama Bob y no se equivoca tanto- y la verdad es que yo estaba súper cómoda acurrucada entre los brazos de mi negri… No, bueno, volvamos, como decía estábamos escuchando esa canción, y ahora se me viene a la cabeza, porque yo no voy a llorar. Yo soy fuerte, y más teniéndolos a él y a la morci de mi lado.
A pesar de todas nuestras diferencias descubrí que la morci es toda una caja de sorpresas. Junto con él son las dos estrellas que más brillan en todo mi cielo –No, no hablo de Sky la novia de Nicky-. Es medio bruta, mandada, grasa, medio varonera, pero cuando quiere sabe decirme las palabras justas para ponerme bien, además estuvo y está siempre. Ella entiende más que yo, ella se sabe mis máscaras de memoria y sabe cómo hacer para subirse al escenario y darme una mano con el guión. Gran parte de los aplausos al final de la obra son por y para ella.
Quiero ser libre y volar. Quiero poder sentirme en libertad, obviamente siempre y cuando mi libertad esté limitada por my love. Quiero volar, quiero fluir, quiero ahogarme de paz y estar bien conmigo misma. Basta de ser una máscara-dependiente. Se acabaron los días de actuación para Estefanía Rinaldi.
Busco otro juego, otro mundo probar. Basta de barbies, de play station y de Wii. Me encantaría que todos se saquen las máscaras, yo sé que aunque todos los chicos del hogar se pongan el papel de fuertes, que se lleven la vida por delante, que se hagan los “Está todo bien, todo legal” o “Me Río de Janeiro” no soy la única que lo está pasando mal. ¡Como si enterarse que hay toda una corporación en nuestra contra fuera muy fácil de sobrellevar!
Come on, vamos a bailar, vamos juntos hasta el final. A pesar de todo yo los quiero mucho a los chicos, ya sé que parezco una concheta, hueca, que no le importa nada, pero esa es otra de mis múltiples máscaras que quiero hacer desaparecer con urgencia. Podríamos juntarnos todos en un fogón y cantar rasguña las piedras mientras Rama toca la guitarra y ver cómo todos las caretas, y cuando digo todas son realmente todas, se convierten en cenizas, aunque es medio grasa eso ¿No? El punto es que estamos juntos, y eso es lo que importa. Estamos juntos y somos auténticos, todos. Así es imposible que nos pase algo… pero todavía tengo un poco de miedo, Luqui está medio in, medio out de la corporación y tengo miedo por él más que nada, no me gusta que su vida corra peligro las veinticinco horas del día y que él se haga el despreocupado. Sé que no es el rey de la sensibilidad, ni la persona más demostrativa de la vida, pero me encantaría saber qué él sabe que yo estoy para lo que sea y que lo amo con toda mi alma..
Si me buscás, yo estoy acá. Ahora esta es mi casa, ya no quiero ni siquiera pensar en la idea de que en algún momento quise irme a España con mi mamá, bueno con Julia. Me hubiese perdido demasiadas cosas y no me hubiese dando cuenta de nada. Desde encontrar al amor de mi vida, hasta aprender que no importa si uno se viste de violeta con lunares verde flúo y uñas fucsia sino que importa como es uno por adentro y que el valor de cada uno pasa, muy pero muy lejos de la marca de ropa que uno use (Aunque si es de 47 street suma un par de puntitos eh).
A ver si pueden, dejar de lado todo lo que les hice cuando no entendía nada de la life y me hacen un lugarcito, tanto en sus rondas de amigas como en sus corazones. A ver si hoy van por más, aunque nosotros siempre vamos por más. Juntos no nos para nadie. Y aunque parezca extraño que lo esté diciendo yo, es lo que siento.
-Te quiero Morcillita bombón.-Le digo a la morocha petisa que acaba de entrar a la pieza.
-¿Te sentís bien escarbadientes?-Pregunta incrédula. Claro, cómo no va a pensar que estoy
enferma si yo nunca doy semejantes confesiones.
-En mi mejor momento-Contesto regalándole una sonrisa y veo que se acerca a abrazarme.
-Yo también te quiero palito chino… ¿Sabés qué?-Negué con la cabeza y la invité a seguir hablando con un gesto-Thiago me invitó a salir-Dijo con una sonrisa radiante, típica de ella.
-¡Aaaaaaaaaay!-Le grité abrazándola más fuerte- ¡Andá a arreglarte ya!-Seguí gritando emocionada mientras la empujaba al baño. Justo cuando la terminé de sacar la puerta de la pieza se volvió a abrir, esta vez era él.
-Flaqui ¿Cómo estás? Hoy casi ni nos vimos.
-Estoy increíblemente feliz.
-¿Tanto?-Asentí-¿Y se puede saber por qué?-Preguntó con una sonrisa mientras yo pasaba mis manos por su cuello hasta llegar a su nuca.
-Porque te amo muchísimo y descubrí que éste es mi lugar en el mundo. Con vos, con la morci y todos los chicos.
No hicieron falta más palabras, sus labios estaba sobre los míos y nuestras lenguas jugaban. Me besaba con pasión y con la ternura con que solo él sabía besarla. Era el beso perfecto en el momento perfecto.
¿En ese momento qué importa si se viene el mundo abajo? Estoy con la gente que más quiero y que más me quiere.
1 comentario:
Tengo una debilidad en lo que a Tefi respecta jaja, con decirte que casi lloro con lo que escribiste, es taaannn tefii luqui ♥
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