Las dos parejas ya habían pasado por varios momentos, algunas peleas momentáneas que siempre se solucionaban porque, tanto en Lu y Gasti como en Annu y Vico, se notaban que no podían estar el uno sin el otro y también que los cuatro eran inseperables. Salidas diurnas, nocturnas, vacaciones a distintos lugares del mundo (Vico y Gasti las habían llevado a conocer Europa y a surfear en las olas de Hawai). Todo estaba perfecto, pero hacia una semana que las muchachas notaban algo distinto en sus chicos, los notaban raros, como que les ocultaban algo.
- Che Lu – se animó a hablar un día en la ronda deforme de amigas que cada miércoles tenían en la casa de una o de otra- no notas raros a los chicos? Como distantes no sé
- Sabes que sí- respondió la rubia- como que nos ocultan algo…
- Estos no andarán pirateando no? Seguro que sí, yo sabía que algún día iba a pasar, que iban a sacar el parche y la pata de palo del ropero. ¿Qué decís que hagamos?
- Tenemos tres opciones- dijo la rubia poniendose seria- la primera es hacernos las bólidas y negar la crisis, la segunda cortarles el rostro antes de que ellos nos digan nada y la tercera, encararlos.
- Pero son horribles tus opciones Lu, no sé hoy hagámonos las enojadas y vemos que onda. Dale?
- Dale- concordó la Rubia poniendo su mano para chocar los cinco.
La noche llegó y los chicos seguían nerviosos, si bien las habían llevado a un lugar super lindo a comer, las chicas se daban cuenta de que algo les estaban ocultando, los dos mandaban mensajitos y no dejaban que sus novias los vieran, así que ellas (como se tenían en sms free) para disimular su interés por esos mensajes se mandaron mensajitos.
De: Lu
Che Annucha, esto no da para más, tirémosles la comida por la cabeza y nos vamos corriendo.
De: Annu
Vos decís? Es obvio que en un rato nos dicen que nos llevan a nuestras casas y se van a piratear!
Así siguieron entre mensaje y mensaje. Lo que las chicas no sabían es que los chicos estaban en la misma situación mensajeándose entre ellos. Terminaron de comer y las muchachas fueron al baño a decidir que hacer e improvisar una ronda de amigas.
-Ya está- dijo la morocha al borde del llanto- digámosles que son lo peor, que los odiamos, que no tienen corazón para hacernos esto
- Tenés razón, amiga. Estos chicos creen que se pueden salir con la suya! Que pueden usarnos, ilusionarnos y que, por traernos a lugares lindos, nosotras nos vamos a hacer las bólidas pero ya está. Digámosles de todo y nos tomamos un taxi a tu casa así lloramos juntas
- Y comemos chocolates mientras miramos Top Gun- completó la morocha
Salieron del baño y les cantaron las cuarenta a sus chicos, les dijeron de todo, les dijeron que eran malos, que no tenían corazón, que nos les podían hacer esto y como frutilla del postre, no les dejaron responder nada y se tomaron un taxi rumbo a Palermo.
Los celulares de ambas no dejaban de sonar y ellas no hacían mas que ignorar las llamadas. Frenaron en un kiosco a comprar 100 pesos de chocolates y se dispusieron a pasar una noche de depresión con Top Gun.
Las chicas estaban muy entretenidas y un poco depresivas en la habitación de la morocha cuando dos guitarras comenzaron a sonar afuera de la casa de esta. Pusieron pausa y salieron al balcón y no pudieron evitar sorprenderse al notar que quiénes hacían semejante ruido eran ni más ni menos que V y G. Después de que los chicos les cantaran un par de canciones y les rogaran que bajen las muchachas accedieron pero sin dejar de mostrar su enojo y frustración por el supuesto engaño de los chicos.
- Chicas- empezó el más rubio- no sé porque pensaron que las estabamos engañando. Hace rato que, tanto Vico como yo, nos sacamos el parche. Ustedes nos cambiaron la vida…
- Nos enseñaron a amar, a ser felices- continuo el otro chico
- Jamás hariamos algo que las lastimara, solo queremos lo mejor para ustedes sea cerca o lejos nuestro y si estuvimos raros fue porque teniamos una sorpresa para ustedes, nada más.
Las dos chicas estaban muy emocionadas y no dejaban de mirarse, muertas de vergüenza por desconfiar de estos dos dulces de leche, pero aún así no bajaron la guardia.
- A ver entonces, cual era la sorpresita que tenían- dijo Luana con tono de enojada
- Si, eso, muestren muestren- reforzó Annick manteniendo el mismo tono que su amiga.
- Van a tener que esperar, mañana a las 10 las pasamos a buscar, descansen- dijo Vico besando a su novia en la frente mientras Gastón hacía lo mismo con Lu.
Eran las 10 menos cinco y las chicas no podían ocultar su emoción, no paraban de preguntarse que era esa sorpresa que sus novios les tenían preparada y a la vez, hacían suposiciones sobre que, quizás, se les había ocurrido ayer a la noche pero era todo una mentira (aunque ellas sabían que no, pero les gustaba hacerse las duras).
A las 10 en punto el timbre sonó. El auto dorado de Gastón estaba estacionado y los muchachos invitaron a sus novias a entar. Después de dos horas de viaje llegaron a Lobos, a un lugar descampado.
- El pasto era la sorpesa?- Preguntó Annu desconcertada.
- No no chiquitas, la sorpresa es esta- dijo el rubio mostrando dos bellos paracaídas.
- Nos acompañan?- pidió Victorio.
Los cuatro subieron al avioncito y se prepararon para el salto. Las chicas estaban un tanto asustadas pero sabían que con esos hombres al lado nada les podía pasar. Cada metro que bajaban era alucinante, se sentían pájaros en el aire y no podían estar más felices y eso que todavía faltaba mucha sorpresa por recorrer.
Cuando se estaban aproximando al suelo, vieron que algo estaba escrito en el piso pero no entendían que hasta que no estuvieron a una distancia prudente.
“Aceptarían ser nuestras esposas?” Decía el suelo.
Las chicas no empezaron a lloriquear mientras sus novios les hacían la propuesta al oído. Cuando llegaron al suelo los abrazaron y se besaron con mucha pasión y alegría. Ambos chicos sacaron anillos armando así un compromiso intimo entre ellos cuatro. Hicieron un picnic como festejo y en el atardecer los chicos volvieron a tomar la palabra.
- Chicas, creo que estoy hablando por los dos- empezó Vico mientras Gastón asentía- cuando digo que ustedes son las mujeres de nuestras vidas, ya hace un año y medio (sí, esto es un minific y todo pasa rápido) que estamos con ustedes y jamás nos sentimos tan felices
- Cada día las amamos más- siguió G- y nos damos cuenta que es al lado de ustedes que queremos pasar nuestra vida.
Para esta altura las chicas ya estaban llorando con mocos y todo.
- Y como además, nos encanta esta relación de los cuatro, compramos dos casas hermosas en una zona bellísima de Martinez pegaditas una de la otra, con jardín, pileta y todas los chiches- dijo Vico sacando las llaves y poniendo énfasis en las palabras bellísima y chiches.
- ¿Qué dicen?- concluyó Gasti- ¿Se vienen a vivir con nosotros?.
Las dos muchachas se abalanzaron, besaron, abrazaron y besuquearon a sus novios en señal de un sí.
(Esto vendría como en imágenes cortas que siempre te ponen al final de algo viste)
Los cuatro se casaron en bodas distintas pero poniendo de padrinos a la pareja amiga, los chicos siguieron trabajando en la tele aunque menos horas para tener más tiempo para su familia. Las chicas cumplieron todos sus sueños y todos los miércoles seguían haciendo rondas de amigas. La convivencia como vecinos fue muy buena y cada pareja tuvo 3 hijos. Vacacionaron juntos reiteradas veces y Annu y Vico tuvieron siempre una reserva gigante de fernet. Y así fue como fueron felices para siempre, comieron perdices y cantaron canciones.
Como nuestros chicos no hay ♥