-¿Vas a comer con el chupetín vos?
-Sí, así mirá-Acto seguido, el muchacho que está al lado mío sumerje el chupetín (detalle muy importante: tenía olor a los pirulines que comía cuando era una pebeta) en la salsa, y se lo lleva a la boca como si fuera la cosa más normal del mundo. A mí me agarra un ataque de risa, y él, como si estuviera hablando del clima, vuelve a hablar-No lo prueben nunca porque la verdad es un asco.
Y llegó la policia con un carro y dos tranvias para toda la familia encarcelar...
2 comentarios:
Naaa, a pesar de todo Diegui es paseón. (L) :)
.-
Yo no sé por qué el sargento me lleva al destacamento, si somos una familia muy normal ♪
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