Tiempos verbales hay un montón y nunca jamás de los jamases voy a aprendérmelos. Nunca. Pero no aprendérmelos, ni saber distinguirlos no significa que no los vaya a vivir. Y de todos los tiempos verbales que nunca me voy a aprender, el mejor es el futuro perfecto. Claro, el nombre lo dice todo. Futuro con mi amor cincuentón, donde vamos a organizarnos los tiempos para leer Benedetti e ir a ver Viejas Locas, con todos nuestros hijos (los que hayamos tenido con nuestros chonguitos hasta los cincuenta), y va a ser todo muy feliz y nada de bajón, porque es perfecto.
Sí, ese es mi futuro perfecto.
1 comentario:
Nunca me había dado cuenta qeu futuro perfecto es futuro perfecto, no es muy complicado ni es un gran descubrimiento pero, a veces, suelo ser algo tonta. Y no tengo idea que tiempo verbal es, capaz no existe el futuro perfecto porque no hay un futuro perfecto(?)
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