No sé en qué momento el chamullo se volvió tan tecnológico pero pasó. Estábamos bailando de lo más tranquilas en San Bernardo chico, cuando de repente, un muchacho se acercó para sacar a bailar a N. De manera educada, N arruinó cualquier ilusión del muchacho (que debía rondar los veintisiete, ya estaba viejito) de poder bailar juntos, pero eso no hizo que bajara los brazos. Le pidió el celular, para encontrarse más tarde, y obviamente N se lo dio... bah, lo inventó en el momento y el joven (no tan joven) se dio cuenta, entonces decidió dar él su celular (literalmente). 15 *** *** ** Ramón. Nos mostró que anotaba en la pantallita de su celular y lo guardaba en la agenda del aparatito, y sus siguientes palabras a N fueron más o menos así "Vos te llevás este celular, ese es mi número, entonces después, más tarde, me llamás así nos encontramos en la playa, dale?"
N le dijo que no, que se quedara con su celular, que no lo pensaba llamar, pero tranquilamente podríamos haber vuelto al departamento con una nueva adquisición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario