domingo, 28 de febrero de 2010

Así y todo, las amo

Estoy resignada. Ya ni siquiera lo intento, porque sé que no va a cambiar en nada, ya no les digo cuando hablan mal (Salvo que sea uno de esos errores que me molestan mucho, como "Yo habría" en vez de "hubiera"), pero esta conversación fue lo mejor:

N: Sí, porque tiene un abridor en la oreja.
S: Ay N, se dice expandidor.
Yo:... expansor...

jueves, 25 de febrero de 2010

El equilibrio del mundo

Vos sos Emilia Attias, y yo el que se parecía a Nick Jonas.
Vos sos La más linda del mundo, y yo soy Vegeta adicto al celular.
Vos sos la que escribe lindo, y yo soy el copado que te da las ideas para que las reescribas.

Vos sos el jugador, y yo la que tiene crédito al pedo a las tres de la mañana.
Vos sos el capomaster, y yo la que te abraza cibernéticamente para que ganes tres lucas.
Vos sos Goku, y yo soy Burbuja intentando salvar a los habitantes de Saltadilla.♫

miércoles, 24 de febrero de 2010

Nena

La ropa y el bailecito son pasión♥


No te rindas

Entiendo perfectamente que quieras tirar la toalla, que te hayas cansado, y que después de todo este tiempo no tengas más ganas de pelearla, a pesar de que seas de esos que se caen y se levantan, siempre. Entiendo que la vida es así, y que no puedo decir nada al respecto. Entiendo que tres años son tres años. Entiendo todo y lo entiendo perfectamente, pero me cuesta aceptarlo. Me cuesta horrores aceptarlo. También me cuesta no sentir una angustia en el medio del pecho que me hace llorar toda la noche. Pero el único que importa sos vos. No te rindas, estoy con vos.

lunes, 22 de febrero de 2010

Mosnters

Desde ya no me considero una diosa salida del olimpo, aunque tampoco pienso que soy Betty la fea, soy un término medio (que tira más para el lado de Betty), pero ¿Con qué necesidad tenía que levantarme, ayer, con los ojos hinchados y un sarpullido en todo el cachete izquierdo? Está bien, se empezó a ir, y era más o menos disimulable si me hacía la emo y me ponía todo el pelo en la cara, pero hoy sí que no se tapa con nada. El sarpullido se dispersó y ahora parece como si tuviera unas pecas muy pero muy deformes y feas, y mi hermano asegura que soy la chilindrina.

-Yo no puedo creer que tenga que manejar con vos al lado, mirá lo que es tu cara, escondete.
-Vos estás preocupado por manejar conmigo, imaginate yo que tengo que tener esta cara, es un horror.
-Uh, sí, tenés razón, te compadezco.
-La próxima voy a salir con una bolsa.
-Sí, es lo mejor que podés hacer... igual creo que el problema es que me tenés alergia a mí.
-Puede ser, estamos pasando mucho tiempo juntos.

SF

La gente solía llamarlo ‘freak’, vocabulario que nunca antes había entendido hasta hacía poco tiempo atrás. Le era frecuente ya escuchar cosas como ‘mira ahí viene el freak’ y que todo el mundo lo mirase de manera rara, como si estuviesen viendo algo fuera de lo común. Al principio le fue muy difícil acostumbrarse a ser el centro de las burlas, ser el chico más ignorado, y ser tratado como un auténtico extraterrestre. Los primeros meses pensó que se trataba de la colonia “Paco”, sí, su colonia favorita ya que él siempre había preferido los clásicos, pero ahora que una nueva versión había salido, “Paco boliche”, su madre no había dudado en comprársela por sus sobresalientes notas en el boletín y así pudo completar la colección de sus colonias. Nunca pensó que “Paco boliche” espantaría así a las mujeres, pero con el paso del tiempo lo había asumido, y había aprendido a no darles importancia. Ya no le afectaban las cargadas, todo lo contrario, se sentía orgulloso de la persona que era, un ‘freak’ como el resto lo llamaba.




El mejor párrafo de la historia de los cortos. Sin palabras. Paco, te banco a muerte, porque vos fuiste parte de los regalos de cumpleaños que hice en mi infancia, como también mujercitas, pero nunca pensé que Paco boliche espantaría así a las mujeres.

Yo qué soy

Yo no soy ese tipo de personas que se llevan el mundo por delante, que le ponen el pecho a las balas sin miedo. No soy de ese tipo de personas que se caen y se levantan, se caen y se vuelven a levantar, no soy de ese tipo de personas que siempre tiene fuerzas para seguir. Más bien, soy de esas personas que usan máscaras, de esas que se plantan y dicen "No hay tal crisis". Soy de esas personas que dicen está todo muy bien con su mejor sonrisa, pero en realidad está todo como el orto, como diría Érica García. Y sí, porque está todo bien ¿No?

domingo, 21 de febrero de 2010

Hermana

Solo porque sos vos, y nada más que vos, hermana, que me banco comerme los churros de hace cinco días, los chipá más duros del planeta, y ver la película más pedorra del universo. Solo porque sos vos, y nada más que vos, hermana, que me pongo un short blanco, camino hasta mar de ajo (aunque en realidad no me cuesta), que hablo con gente para averiguarte cosas. Solo porque sos vos, y nada más que vos, hermana no me arrepiento de ninguna de las cosas que hice. Te amo muchísimo, hermana. Gracias por todo.

viernes, 19 de febrero de 2010

El internado

Hay algunos que nacen con estrella, y otros nacemos estrellados.

jueves, 18 de febrero de 2010

Life is life

Estoy un poco preocupada, saber que todo se va a pique (de nuevo), y a mí no se me mueve ni un pelo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Beneficio?

Que nos hayan dejado el tercer piso del Mc donald's (el que está en diagonal al Village de Caballito) únicamente para nosotras, no sé si puede nombrarse un beneficio. Claro que estábamos en la comodidad de elegir la mesa que se nos antojara, o sentarnos de la manera que quisiéramos, o reirnos sin importar que las demás personas nos miraran mal (cosa que ya estamos acostumbradas), pero la situación no fue tan cómoda.

Con S nos habíamos quedado esperando el pedido, cuando subimos, buscamos en todas las mesas y no había nadie, empecé a subir las escaleras, y el de seguridad me miró con cara de malo, dándome a entender que no se podía pasar, así que volvimos a hacer una recorrida por todas las mesas, buscando a las chicas que habían subido hacía un buen rato. S se volvió a asomar y le preguntó si podíamos subir.

-Preferiblemente no-Respondió el de seguridad.

-Es que están nuestras amigas ahí...-Le explicó S

-Ah, sí, ¿son tres chicas?-Preguntó mientras compartía una mirada cómplice con el que limpiaba.

-Sí, esas-Y S empezó a subir las escaleras y vio que no había absolutamente nadie, y paró a mitad de camino, y yo paré con ella.-No hay nadie, no están acá...

-Sí, al fondo a la derecha se sentaron- Igual no nos tenían fichadas, ¿no?-Tienen la exclusividad de tener todo el piso para ustedes chicas, encima son cinco chicas... solas...

Ok. Fue demasiado. Asqueroso. Viejo verde y mal chamullador. Muertas de la risa, llegamos al fondo a la derecha, y nos encontramos con las chicas, que se descostillaban después de haber escuchado la escena que habíamos tenido con el security guard. Nos contaron que también había hablado con ellas, y nos dispusimos a comer. Un tiempo más tarde, el policía se acercó a nuestra mesa y nos empezó a hablar.

-Yo quería decirles que a las once, más o menos, empiezo a sacar a la gente, viste, yo me quiero ir, y además tenemos que cerrar.-Miramos el reloj y faltaban cinco minutos-Igual primero empiezo a sacar a los que están afuera...

-Pero dijiste que era hasta las once y media-Se quejó N viendo que nosotras acabábamos de subir y no llegábamos a tiempo a comer.

-De última se pasan al balcón que tienen al lado, pueden hacer como la mujer esta que se tiró...

-La pradón?-Dijo C

-Sí esa...

-Pero ni se dio cuenta, con los implantes amortiguó el golpe-Agregó V

-Yo me la imagino cuando se despierta, se le debe ir todo para cualquier lado-Comentó el de seguridad, haciendo gestos con las manos, y después siguieron un par de comentarios medio desubicados de cómo se imaginaba a la mujer en cuestión, y nosotras no podíamos parar de reírnos por la incomodidad de la situación, hasta que se dio cuenta de que era un desubicado que decía cosas asquerosas mientras nosotras comíamos, y nos pidió perdón y volvió a irse.

Seguimos comiendo, lo más rápido posible para irnos a la mierda con urgencia. V y N decidieron ir al baño y el policía volvió.

-Venía porque hay dos chicas haciendo disturbios en el baño, nada, me llamó el gerente y me dijo que era muy factible que dos de sus amigas estuvieran cuchicheando en el baño...-elmásgomayviejoverdedelaño@gmail.com

-Sí, seguramente estén cuchicheando.-Le dije yo.

-Sí, es que hay cámaras y todo eso, y me pidieron que controlara todo.

No le prestamos más atención y volvió a irse. Las chicas volvieron, y nosotras nos fuimos, y ¿Quién estaba en la puerta? Bingo! Mr goma, que nos saludó y nos dijo un par de cosas que ahora no me acuedo (por suerte). Después cruzamos, mientras N nos explicaba que esos eran los beneficios de ser lindas (sí claro), y estaban los que tenían un hacha e intenciones de matarnos.

No me parece que haya sido un beneficio la situación de la cena, y de última, fue por el simple hecho de tener los atributos que tiene que tener un ser humano para clasificarlo hembra. Realmente disgusting.

Estudio

Está científicamente comprobado que yo no sé abrazar.

viernes, 12 de febrero de 2010

Huracán

Estábamos felizmente tomando mates con Los chicos de la playa cuando se acercó un muchachito, alto, tez blanca, pelo negro bien oscuro, y unos faroles de puta madre, con su remera manga larga de huracán y la cancha tatuada en la espalda le dimos el apodo "Huracán". Pidiendo un cigarrillo, se acercó hasta donde estábamos nosotros, y los chicos le ofrecieron un mate (siempre y cuando, nosotras dijéramos que sí, cosa que hicimos).

Como si se hubiera ganado la lotería, se sentó feliz, junto con los tres chicos, a tomar mates con nosotras, aprovechando que estaba medio alegre, o fumado, o lo que fuera, le ofrecimos los churros más feos de toda la playa (los había comprado N muerta de hambre, que quería comer churros a toda costa, y compró los últimos siete que quedaban, que no tenían ni azúcar ni dulce de leche, ni nada), los aceptó y se los comió como si fueran el plato más rico de todo el mundo, y nos empezó a hablar.

-Vos tenés novio?-Le preguntó a N, que dijo que sí.-Vos?-Me preguntó a mí, y le dije que no-Bueno, haganmé un lugar que me siento al lado de la rubia.

Se acostó al lado mío, y me miraba, me miraba, y me miraba un poco más mientras yo seguía hablando como si nada con mis amigas y los chicos. Como si estuviera pensando en voz alta, dijo "Sos igual a Emilia Attias" todos lo miramos raro, porque yo no me parezco a Emilia Attias ni aunque me paguen, dándose cuenta de lo que había hecho, quiso arreglas las cosas.

-Emilia... mi tía!

Todos nos empezamos a reír, y aprovechando las risas, volvió a decir que era igual a Emilia Attias. Se quedó un rato más charlando, y después se fue. Estábamos muy equivocados si pensábamos que no lo íbamos a ver más, porque media hora más tarde, más o menos, vino corriendo de atrás, y se me tiró al lado, haciendo que me pegara el susto del año.

Después no lo volvimos a ver, pero cualquier cosa que pasaba, terminaba en un "Vamos a llamar a huracán" y también apareció la variante de la maldición. Si decís Huracán tres veces frente al espejo a las doce de la noche, se te aparece el muchacho en cuestión.

martes, 9 de febrero de 2010

Salida del cheboli

Ya sea el verano, la costa, la sensación de "en la beach somos todos amigos", todos estaban muchísimo más sueltos, sobretodo a la salida de los boliches, en las que tuvimos unas cuantas experiencias.

Salida namber uan:

Tras una (no tan) agotadora noche de bailanta, en la que nos pasamos la madrugada charlando mucho, y bailando muy poco, pero riéndonos por demás, decidimos que era hora de volver. Bah, decidimos, los del boliche decidieron echarnos, porque nosotras estábamos felices bailando "Colgando en tus manos" con todas las luces del lugar prendidas, y los patovicas diciendo que teníamos que salir sí o sí.
Después de mucho tiempo de buscar la única salida que teníamos permitido el paso, fuimos dejando atrás la puerta del lugar, para atravesar la plaza, y después, empezar a desfilar por la pasarela de San bernardo.
Íbamos hablando entre nosotras, y cada tanto hablábamos con alguna persona que se cruzaba en nuestro camino con ganas de charlar, hasta que de repente, levantamos la mirada y venía un chabón bastante viejo, en bóxers corriendo mientras gritaba, y sus amigos (vestidos) lo secundaban.

Saluda namber chu:

Esa vez no hubo, ni canción imposible de bailar, ni luces prendidas, ni patovicas echándonos, por el contrario, había fiebre, aburrimiento y cansancio (¿De qué?), y eso nos indicaba que era hora de marcharnos, por más que faltara aproximadamente una hora (o más) para que los grandotes de la puerta empezaran a sacar a toda la gente.
Apenas pusimos un pie en la plaza, un grupo de jóvenes que no tenían nada mejor para hacer, se habían dividido los roles: Un par sostenían las camperas, y los otros tomaban carrera.
Señores y señoras: Nos estaban toreando! Y no solo eso, sino que gritaban Oleee, daban un par de vueltas al rededor nuestro (mientras nosotras seguíamos caminando y riéndonos como si nada raro estuviera pasando) y ellos volvían a pasar por abajo de las camperas.

Salida namber tri:

Más bien, no fue a la salida del boliche, sino que fue a la salida de la churrería a la que fuimos después del boliche, pero de cualquier manera entra en esta categoría.
Muy campantes, con Seven Up, una docena de churros, y una botella de agua (consumición gratis del boliche) llena de los gérmenes de C, en manos, íbamos cruzando las calles con la intención de llegar a la playa cuanto antes.
Desde la otra cuadra, pudimos escuchar cómo alguien nos gritaba:
-N! Esta vez guardenmé un churro!-Pidió el chico de la playa
Nosotras nos dimos vuelta, le dijimos que sí, y seguimos caminando, a lo que se escucha de atrás:
-N! Guardá un churro eh!
Un rubio que vaya uno a saber de dónde había salido, nos pedía un churro, y le dijimos que sí también, aunque nunca más lo íbamos a ver.
Seguimos caminando un poco más, y un hombre con una porra loca en la cabeza, venía a contra mano y nos cantó:
-Qué mierda tengo que tener para ser tu novioooooooo
Y siguió caminando normalmente, al igual que nosotras.

Droopy 2

Entiendo a la perfección, estamos en épocas de crisis, desestabilidad económica, y todo yéndose a pique. Hay que laburar de lo que salga, y conseguir dinero para sobrevivir, y entiendo las necesidades de la mujer.

Una vez más, un posteo San Bernardístico, que cuenta la historia de Droopy dos. De todos los personajes que encontramos y descubrimos en la playa, creo que el más visto fue Droopy dos, y no podía no tener su lugar en este Bloguito poco transitado, así que he aquí su lugar.

Una mujer rubia, grande, y en busca de lucrar vendiendo flores, recorría la peatonal de Chiozza, con la intención de deshacerse de todas las rosas que llevaba entre manos. Pasó desapercibida, pero no por mucho tiempo más.
En algún que otro restaurant al que fuimos a comer en nuestras noches de plata para gastar, la volvimos a encontrar entre las mesas, ofreciendo sus flores a las parejas que estaban comiendo en el mimso lugar que nosotras.
Para ese momento, a la mujer rubia ya la habíamos visto unas quince veces en menos de dos días, pero está bien, porque tenía que juntar plata, y de última no estaba tan mal que entrara a un restaurant.
Como no podía ser de otra manera, haciéndole honor al apodo que le habíamos encontrado, tenía que seguir cruzándose por nuestro camino, pero verla adentro del boliche, con sus benditas flores, era algo que no podíamos creer.
No sabemos si nos estaba siguiendo, si nosotras la llamábamos con el pensamiento, o qué, pero creo que en esos siete días, vimos más a esa mujer que a los papás de Cari que estaban con nosotros en el departamento.

domingo, 7 de febrero de 2010

Dulces sueños

Salir del cheboli, y caminar por la pasarela de San Bernardo dejando que tus pies guiaran te llevaban a un único destino que no implicaba doblar, ni contar cuadras, ni controlar nombres de calles: La playa. Claramente, a las siete de la mañana nadie tiene en sus planes estar atento a las calles, ni a las cuadras, ni a nada, y todos terminaban en la playa, nosotras no podíamos ser la exepción.
Tacos en mano, las caras arruinadas, los peinados destruídos, y llegamos a la mitad de la distancia entre el balneario y el agua, para sentarnos un rato. El sol dándonos de lleno en la cara, y N buscando un churrero para comprarle churros y satisfacer las necesidades de su panza en ese momento.
Una vez realizada la compraventa de Churros, N se sentó al lado de C para degustar el sabor del dulce de leche, el azúcar y la masa, mientras dejábamos que el sol disminuyera el frío que producía el viento. Silencio, cada una en su mundo, hasta que llegó un muchacho y se le acercó peligrosamente a N con intenciones más que obvias, que se daban a entender por su mirada.

-¿No me das un pedacito del churro?-Más que obvio, lo devoraba con la mirada.
-No boludo! No sabés el hambre que tengo, además medio churro es mucho, y están riquísimos!
-Daaaale, aunque sea el último pedacito
-Bueno, esperá que como un poco más.

Quedaba el culito del churro nada más. Pura masa. Miró al churro, miró al chico, miró al churro de vuelta y se lo comió, y el muchacho casi se muere. Agarró la bolsa de los churros y la dio vuelta arriba de la cabeza de N llenándole el pelo de azúcar. Por otra parte, se habían acercado los amigos, que por lo visto tenían el hobby de taparle el sol a las muchachitas como nosotras, que queríamos tostarnos un poquito (?).
-No nos tapen el sol que está re lindo!-Pidió C casi sin voz.
-El sol está lindo a la mañana, y a la tarde, pero más lindo si lo veo con vos-Tiró alguno de los jóvenes que se nos habían acercado, obviamente no es textual, porque ni siquiera lo escuchamos.
-Aaaaaaay más tierno! Repetilo-Le dijo N, que acababa de sentarse después de salir a correr al chico por toda la playa con la intención de hacerle alguna maldad por haberle tirado todo el azúcar encima.
-No, no me lo acuerdo-Confesó el joven.
-Uh, encima ellas ni te escucharon-Le contó N, viendo que no teníamos ni idea de lo que había dicho.
Cuando miramos para arriba, nos rodeaban unos quince muchachos, que hablaban todos al mismo tiempo, y que nos hablaban a todas al mismo tiempo.
-A la cuenta de tres, todos cambiamos el acento 1... 2... 3
Y repentinamente todos se volvieorn cordobeses, y nos seguían hablando, y nadie entendía nada. Después de charlar un rato, y de prometernos que nos iban a dar churros a la tarde, cuando volviéramos a la playa, nos fuimos.

-Bueno N, por lo menos ahora vas a tener dulces sueños-Le dije antes de dormirnos.

sábado, 6 de febrero de 2010

En la beach somos todos amigos

Siguiendo con los posteos Sanbernardísticos, e intentando que no se fomente la desaparición ni venida a menos de este Bloguito Naked, procedo a contar otra de las cosas que pasaron en la costa. Porque por más que lo que pasó en la beach, queda en la beach, hay cosas que no se van a olvidar, y ya las saben todas las personas con las que hablamos, así que da igual.

El lunes no era el mejor día como para estar en la playa, hacía frío, y estaba medio nublado, pero era lunes, habíamos descansado (poco), y nos habíamos levantado con una predisposición y un humor diferente. Era caminar, de vuelta, por la orilla, con todos los bolsos, y que venga un grupo de pendejos a mojarte, y en vez de putearlos en todos los idiomas, saludarlos, porque en la playa somos todos amigos. La familia de C ya se había vuelto al departamento, y nosotras quedamos a la deriva con un termo y todo lo necesario para hacer mates. Caminamos un poco, hasta llegar a un lugar más poblado de juventud, y nos instalamos, cual morsas en vacaciones, dispuestas a hacer nada.
Todo marchaba a la perfección, hasta que los que se instalaron al lado empezaron a jugar a la pelota. Era como si una nube cargada de tormenta de arena estuviera arriba de nuestras cabezas, porque toda la arena que levantaban con la pelota, iba a parar a donde estaban nosotras, claramente, por más buen humor que una tuviera, a la tercera lluvia arenosa empezamos a las puteadas.
Con unas cuantas disculpas estratégicas, uno de los tres muchachos se fue acercando, y terminó sentado con nosotras hablando, a lo que más tarde se le sumaron dos amigos. Nos fuimos de la playa con la vejiga a punto de explotar, casi a la hora de la cena, sin saber que los muchachos se iban a mantener en contacto con nosotras.
Los días que siguieron, directamente nos instalábamos con la lona, y un rato más tarde, llegaban ellos (uno de los tres que habíamos visto el primer día, se había ido, pero había venido otro a ocupar su lugar) y a veces nos veíamos a la noche.

jueves, 4 de febrero de 2010

Modo Chamulling On

No sé en qué momento el chamullo se volvió tan tecnológico pero pasó. Estábamos bailando de lo más tranquilas en San Bernardo chico, cuando de repente, un muchacho se acercó para sacar a bailar a N. De manera educada, N arruinó cualquier ilusión del muchacho (que debía rondar los veintisiete, ya estaba viejito) de poder bailar juntos, pero eso no hizo que bajara los brazos. Le pidió el celular, para encontrarse más tarde, y obviamente N se lo dio... bah, lo inventó en el momento y el joven (no tan joven) se dio cuenta, entonces decidió dar él su celular (literalmente). 15 *** *** ** Ramón. Nos mostró que anotaba en la pantallita de su celular y lo guardaba en la agenda del aparatito, y sus siguientes palabras a N fueron más o menos así "Vos te llevás este celular, ese es mi número, entonces después, más tarde, me llamás así nos encontramos en la playa, dale?"
N le dijo que no, que se quedara con su celular, que no lo pensaba llamar, pero tranquilamente podríamos haber vuelto al departamento con una nueva adquisición.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Nunca me creí en un cuento de hadas, tampoco espero el final perfecto, ni a un príncipe azul que venga a rescatarme arriba de un caballo blanco. Estoy lejos de ser una princesa, y mucho más lejos todavía de heredar un reino, pero si hasta los pilares de mi castillo inventado (que está muchísimo más lejos de parecerse a un castillo que yo de ser una princesa) se desmoronan, ¿Qué puedo hacer para seguir con la historia de mi vida con el mundo venido abajo?